Entrevistar para un trabajo es un desafío. Destacarse entre un grupo de posibles candidatos significa que se encuentra en una delgada línea entre transmitir confianza y ser fanfarrón. Una herramienta ideal para un momento como este es el humilde fanfarrón, o el arte de expresar confianza en los logros de uno mientras los presenta con humildad. Pero esta herramienta debe estar sincronizada con precisión si se va a utilizar con eficacia.

Siempre había tenido problemas para promover mis propios logros durante una entrevista porque lo veía como una fanfarronada. Sin embargo, ese punto de vista recibió un replanteamiento en mi cambio de carrera de diseñador instruccional a gerente de relaciones de personal. Descubrí que ya sea que esté buscando una oportunidad o que la oportunidad se presente, llega el momento de que explique por qué es adecuado para el papel y cómo se destaca por encima del resto del grupo de talentos. He llegado a ver el humilde fanfarronear como una herramienta eficaz y necesaria para ser reclutado en un campo altamente especializado en el que abunda el talento.

Ahora, mi punto de vista desde el lado del escritorio del gerente de relaciones es que algunos prospectos luchan incómodos con el fanfarronear mientras que otros buscan oportunidades para promocionar su éxito. Aquellos que manejan cuidadosamente esta situación son nuestros consultores más exitosos. ¿Cómo han dominado el arte del humilde fanfarrón? La respuesta es simple: sincronización experta. Aquí hay tres sencillos pasos (¡y un consejo adicional!) Sobre cómo hacerlo bien.

Paso 1: recopile los detalles

Obtenga tantos detalles como sea posible sobre el proyecto o el trabajo antes de su entrevista para que pueda organizar sus habilidades y experiencias para que coincidan con los requisitos de la oportunidad. Esto le ayudará a establecer cómo hablar sobre sus logros durante la entrevista. Sin embargo, no todos los conjuntos de habilidades se alinean de manera congruente. Por ejemplo, si el puesto requiere el uso de una herramienta con la que no tiene experiencia, es importante no pasar por alto su experiencia o exagerar su experiencia relacionada con un trabajo. Es obvio cuando esto está sucediendo, lo que a menudo resulta en que usted sea excluido o descartado de oportunidades futuras que serían perfectas para usted. No interrumpe aquí el humilde fanfarrón. Mientras aprende sobre el papel, escuche e investigue. Reúna la información necesaria para que pueda organizar su experiencia en su mente y esté listo para presentar su experiencia con confianza, en el momento adecuado.

Paso 2: Empareje la experiencia con los detalles

Si ha hecho un buen trabajo escuchando e investigando, el siguiente paso será fácil. Tome nota de sus experiencias que se alinean con las necesidades y requisitos del puesto. Aquí es donde el humilde fanfarrón comienza a tomar forma. Piense en alguna ocasión en la que haya utilizado habilidades o metodologías que le hayan funcionado bien en un proyecto similar y enmárquelo como una historia. Esta historia debe tener un comienzo, un medio y un final, e incluir los esfuerzos del equipo (con el crédito adecuado), sus victorias individuales y las victorias anotadas por el equipo. Recuerda, eres el héroe de tu historia. Una historia bien contada muestra cómo usted es el mejor del grupo de talentos y se desliza por la delgada línea entre fanfarronear y una confianza tranquila y humilde.

Paso 3: proporcione prueba

Muhammad Ali dijo: No es fanfarronear si es verdad. Traiga evidencia a la mesa con un portafolio que ayude a ilustrar y completar su historia. Tu portafolio es el lugar perfecto para ser humilde. Escriba una descripción de su proceso de trabajo, asegurándose de mencionar a los jugadores, la victoria y su contribución a la victoria, e inclúyala con la muestra del portafolio. Esto no es fanfarronear. Su trabajo es una prueba que habla por sí mismo y demuestra que es un consultor de primera categoría y muy valorado, que sería fundamental para el éxito del puesto y su impacto en la organización.

Consejo adicional: mostrar y contar

Al presentar sus habilidades y logros, existe una forma específica de utilizar estadísticas y métricas de manera efectiva. Suelen funcionar bien cuando se incluyen en currículums en lugar de en carteras con base visual o en una conversación general. El momento ideal para señalarlos es cuando está haciendo un recorrido por su portafolio. Piense en mostrar, no en contar. Ese es el espacio perfecto para compartir sobre cómo su trabajo en un proyecto en particular contribuyó al crecimiento, la eficiencia de los procesos o el ahorro de costos.

Con preparación, una historia bien elaborada y una prueba de sus logros, ayudará a un cliente o empleador potencial a concentrarse en el valor y el impacto comercial que puede aportar a su organización. El tiempo lo es todo a la hora de presentar. Y recuerde: no es fanfarronear si es humilde.